No siempre somos conscientes de ello o no le prestamos atención, pero nuestros ojos envejecen con nosotros. Cada vez más, los problemas oculares aparecen mucho antes y nos afectan antes de lo que había definido la medicina.
Con la ayuda de una experta - la oftalmóloga Dra. Alicja Dreksler-Tkacz del hospital Weiss Klinik de Chorzów - intentaremos responder a las preguntas sobre el envejecimiento de nuestros ojos, los problemas de visión y los cambios que se producen con la edad.
Cómo el mundo se vuelve menos colorido, claro y contrastado En primer lugar, a medida que envejecemos, la pupila se hace más pequeña y menos sensible a la luz. Como consecuencia, llega menos a la retina, lo que interfiere en la capacidad de ver correctamente. El diámetro reducido de la pupila dificulta la visión de objetos en una zona oscura. El ojo tampoco se ajusta ya tan rápidamente a las diferencias de intensidad de la luz, explica la Dra. Dreksler-Tkacz. P
n segundo lugar, el cristalino también pierde su elasticidad -al igual que ocurre con nuestros músculos- y se vuelve más grueso, duro y pesado. Surgen dificultades para ajustar el enfoque a los objetos a distancias cortas. También se vuelve más amarillo, por lo que se altera la percepción de los colores. Hoy en día, la mayoría de las afecciones oculares pueden curarse o aliviarse los síntomas y recuperar la comodidad. Es importante ponerse en contacto con su médico a la primera señal de cambios preocupantes.
Los métodos modernos de tratamiento -corrección visual con láser, implantación de lentes intraoculares o cirugía- permiten frenar eficazmente los efectos del envejecimiento de nuestros ojos.
