Mientras se espera una operación ginecológica, es importante contar con el apoyo psicológico de la familia y la pareja para ayudar a superar el miedo y la ansiedad que acompañan a la enferma desde el inicio de la enfermedad.
Someterse a una intervención quirúrgica es una situación en la que suele aumentar la sensación de: disminución de la autoestima, pérdida de las cualidades femeninas y del atractivo para la pareja. Comunicar emociones de apoyo y tranquilizadoras a la paciente, ayuda a expresar la preocupación por la salud de la otra persona y, por lo tanto, puede ayudar a cambiar la autopercepción negativa de la enferma.
La sugerencia de una operación puede afectar a la psique de una mujer de dos maneras: puede ser un factor positivo cuando la enferma piensa en la operación como una oportunidad para curarse, o puede ser un factor negativo cuando le provoca un estrés grave y miedo por su salud y su vida. La ansiedad entre las mujeres que van a someterse a una operación ginecológica se debe principalmente a que la hospitalización las excluye durante cierto tiempo de sus funciones en la vida familiar, social y profesional.
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El mero hecho de someterse a un tratamiento es estresante, ya que el desconocimiento inicial sobre el procedimiento, su calendario, las complicaciones y la convalecencia hace que la mujer se sienta perdida y cuente con el apoyo de algo más que sus seres queridos y el personal médico.
