La cefalea de tipo tensional se clasifica como un tipo de dolor espontáneo de naturaleza no paroxística. Es uno de los tipos de dolor más frecuentes. Guarda un gran parecido con lo que se conoce como cefalea "de aventura" o cefalea crónica de embestida diaria.
Causas del dolor
Entre las causas que provocan este dolor se incluyen dormir poco, el alcohol, el tabaco, el hambre, el sobrecalentamiento, la tensión emocional severa, los cambios atmosféricos, una mala postura al sentarse en el trabajo, el estrés y muchas otras.
Las personas durante un ataque de dolor están inquietas, se mueven, muestran un aumento de la sudoración y cambios de humor. Sin embargo, no muestran desviaciones de un estado general y neurológico normal.
Factores desencadenantes del dolor
Aún no se ha dilucidado el mecanismo completo de la cefalea tensional. Entre los factores patógenos se incluyen la ansiedad y la depresión, el espasmo muscular prolongado, el uso excesivo de analgésicos y la disfunción facial y mandibular.
Tratamiento
El tratamiento es una cuestión individual para cada paciente. Sin embargo, cabe destacar que tanto los tratamientos no farmacológicos como los farmacológicos no son satisfactorios ni para el médico ni para el enfermo. Los fármacos más utilizados pertenecen al grupo de los antiinflamatorios no esteroideos (naproxeno, ibuprofeno, paracetamol), que son extremadamente eficaces en esta enfermedad. En la forma crónica de la enfermedad, se utilizan muy a menudo antidepresivos y ansiolíticos.
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Sin embargo, es importante no abusar de los fármacos en el caso de las cefaleas tensionales, sino intentar evitar o minimizar los factores que pueden contribuir a su aparición.
Merece la pena probar medios no farmacológicos para combatir el dolor, como masajes, piscinas, relajación, yoga, pasear al aire libre y muchos otros.