Durante los días de ayuno, el número de calorías consumidas al día se reduce a 600 para los hombres y a 500 para las mujeres. La eficacia de este método fue probada personalmente por el Dr. Mosley. Después de seis semanas, perdió 6 kg, bajó sus niveles de glucosa en sangre y redujo su grasa corporal en un 25%. Según él, además de los efectos obvios de pérdida de peso, comer de menos con regularidad tiene beneficios para la salud: reduce los niveles de colesterol e incluso el riesgo de padecer la enfermedad de Alzheimer.

La inanición a corto plazo resulta ser mucho más eficaz que las típicas dietas a largo plazo, ya que aumenta significativamente (hasta un 25%) el ritmo del metabolismo, el proceso por el que se descomponen los compuestos que nos suministramos.

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Un metabolismo más eficaz está relacionado con el hecho de que el organismo percibe una falta repentina de alimentos como una situación estresante y produce las hormonas del estrés adrenalina y noradrenalina, que aumentan el consumo de energía del organismo, obligándole así a acelerar la descomposición de las sustancias que suministramos al cuerpo con los alimentos.

Los productos descompuestos se utilizan como combustible y, por lo tanto, no se almacenan como grasa. Por supuesto, es importante no compensar los periodos de inanición con periodos de atracones, sino intentar comer racionalmente.