Los investigadores que estudian las prácticas religiosas de diferentes culturas han observado que el hábito del ayuno no sólo tiene un significado religioso, sino que también beneficia la salud de los ayunantes. Se ha demostrado que los periodos regulares de abstinencia (por ejemplo, un día al mes) pueden reducir significativamente el riesgo de enfermedades coronarias, hasta en un 12%, independientemente de que se trate de fumadores, personas con hipertensión, diabéticos u obesos.

El llamado "ayuno modificado", que consiste en ayunar en días alternos, también tiene resultados beneficiosos. Durante los días de "ayuno" no se puede consumir nada, aparte de bebidas como agua y té y café sin azúcar. Los efectos de esta práctica son sorprendentes: una pérdida de peso rápida y visible. Ya después de tres semanas, se nota una pérdida de peso del 4%, y en tres meses, podemos adelgazar hasta un 10%.

foto: pantherstock

Un beneficio adicional es el descenso de los niveles del llamado colesterol malo (LDL) hasta en un 15% y una reducción del 30% de los triglicéridos, grasas que generan grasa. El médico y periodista británico Dr. Michael Mosley ha modificado el método de pasar hambre cada dos días para hacerlo más llevadero y menos restrictivo. Creó el método "5:2", dividiendo la semana en cinco días de alimentación normal y dos días de inanición moderada.