El apoyo de familiares, amigos y conocidos, la paciencia y una actitud positiva dan al paciente la oportunidad de volver a funcionar de forma independiente y funcional. Si surge alguna complicación, dolor, desmayo, etc., debe informarse inmediatamente al médico y al personal de rehabilitación.

Rehabilitación tras un ictus hemorrágico

La rehabilitación de los pacientes tras un ictus hemorrágico no difiere realmente de la de los pacientes con un ictus isquémico. Sin embargo, conviene recordar que estos pacientes requieren mucho más cuidado y atención. El periodo de rehabilitación de los pacientes con ictus hemorrágico es de seis a ocho semanas y debe adaptarse al estado funcional del paciente. Todos los ejercicios (acondicionamiento general, desarrollo general, ejercicios manipulativos) se aplican gradualmente y el proceso de enderezamiento del paciente es más tardío.

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Los ejercicios de rehabilitación nunca deben abandonarse y, lo que es importante, después de un derrame cerebral en la mayoría de los casos deben continuarse durante varias decenas de meses. Es esencial no hacer pausas más largas, no cambiar los ejercicios por otros y respetar el número de repeticiones fijado por el rehabilitador.

La constancia, la regularidad y la constancia siempre aportan los mayores beneficios.