Un estudio realizado en mujeres infectadas por el VPH descubrió que las que habían utilizado anticonceptivos hormonales entre cinco y nueve años mostraban una incidencia de cáncer de cuello de útero tres veces superior a la de las mujeres que nunca habían tomado la píldora hormonal. En el grupo que utiliza hormonas durante más de 10 años, el riesgo se multiplica por cuatro. Incluso se han notificado efectos negativos de la anticoncepción hormonal en órganos no relacionados con el sexo, concretamente el hígado, donde aumenta la probabilidad de tumores benignos. El efecto sobre el desarrollo de tumores hepáticos malignos, por otra parte, no se ha establecido claramente hasta la fecha. Sin embargo, la anticoncepción hormonal también tiene sus lados positivos.

Esto se aplica, por ejemplo, al cáncer de ovario, que probablemente está relacionado con el número de ovulaciones que una mujer experimenta a lo largo de su vida. Por tanto, parece razonable concluir que el riesgo de cáncer de estos órganos se reduce como consecuencia de la píldora anticonceptiva. De hecho, los estudios han demostrado que la probabilidad de cáncer de ovario tras sólo un año de uso de la píldora anticonceptiva es inferior en un 10-12%, y tras cinco años de uso - hasta en un 50%.

El endometrio también se beneficia de la anticoncepción hormonal. La correlación entre ambos, al igual que ocurre con los ovarios, es mayor cuanto más tiempo se toman las hormonas y, lo que es más importante, persiste mucho después de dejar de tomar la píldora.

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Como puede ver, la anticoncepción hormonal tiene sus ventajas y sus inconvenientes, por lo que es difícil tener claros los pros y los contras. Sin duda, los dilemas anteriores deberían llamar la atención de las mujeres sobre la importancia de la prevención para la salud, es decir, de las revisiones periódicas con especialistas. Sobre todo, es importante recordar que sólo la detección precoz del cáncer ofrece la posibilidad de ganar la vida.