La incidencia de la alergia a un producto dado viene determinada por la edad de los individuos alérgicos y la frecuencia de consumo diario del producto en una región geográfica determinada. En Polonia, en los niños pequeños, la sensibilización a los alérgenos alimentarios en forma de síntomas cutáneos leves hasta el shock anafiláctico se desencadena sobre todo por la proteína de la leche (el pico de síntomas se produce principalmente en la infancia y hasta los 3 años), la clara de huevo (los síntomas afectan sobre todo a los niños de 1 a 6 años) y los cacahuetes, cuya importancia en Europa, como ingrediente utilizado en alimentos y productos, ha aumentado rápidamente en los últimos tiempos. Al mismo tiempo, se ha producido una reducción del límite de edad a partir del cual aparecen los síntomas específicos de la alergia.

Estas tres fuentes de alérgenos alimentarios tienen un amplio espectro. La alergia a ellos es un problema universal, tanto en Europa como en el resto del mundo. En cambio, algunos productos, cuyo consumo varía geográficamente, tienen una importancia principalmente regional. Por ejemplo, en los países escandinavos la sensibilización a la carne de pescado marino es un problema mayor que en Polonia, y en los países mediterráneos la sensibilización al marisco. Potencialmente, la anafilaxia puede ser desencadenada por cualquier alimento. La siguiente lista de los 14 alimentos más comunes (presentados por orden alfabético) con alto potencial alergénico le ayudará a identificarlos. Este conocimiento podría salvar su vida o la de alguien cercano.

Dióxido de azufre (sulfitos, E 220-E 227)

Causa extremadamente rara de una reacción alérgica generalizada. Se añade a los alimentos como conservante para protegerlos de la humedad y el moho, por ejemplo, en la fruta seca y confitada. También está presente en productos cárnicos y bebidas carbonatadas, así como en el vino y la cerveza. Las verduras y la fruta también se conservan con dióxido de azufre para que no se oxiden (oscurezcan). Los síntomas de una reacción alérgica generalizada suelen adoptar la forma de broncoespasmo o shock anafiláctico.

Huevos

La alergia al huevo, y en particular a la clara, es más frecuente en los niños pequeños. Cuanto menos procesada térmicamente esté la clara de huevo, mayor será su potencial alergénico. Así, el menor riesgo de reacción en una persona alérgica se produce tras el consumo de clara de huevo en forma horneada (por ejemplo, bizcocho), ligeramente superior tras el consumo de clara de huevo dura, seguida de la clara de huevo blanda o revuelta, y el mayor tras el consumo de clara de huevo cruda, por ejemplo, en forma de mayonesa, tiramisú o como aditivo del bistec tártaro. Los síntomas alérgicos pueden ser violentos hasta el shock anafiláctico.

Altramuz

Una legumbre, descubierta hace relativamente poco tiempo como producto con un alto potencial alergénico. Los alérgenos del altramuz, son muy similares a los que se encuentran en los cacahuetes. En algunas personas, la sensibilización al altramuz en las pruebas cutáneas puede deberse precisamente a una alergia cruzada a los cacahuetes. Desde 1990, el altramuz se añade a diversas harinas, se utiliza como sustituto de la soja en productos vegetarianos o como ingrediente en algunas barritas energéticas para deportistas. Es extremadamente raro, pero puede provocar reacciones alérgicas principalmente con síntomas respiratorios.

Moluscos

Los mejillones, los calamares, los caracoles, las ostras, el pulpo y las bocinas se encuentran entre los productos con un alto potencial alergénico. Los moluscos, además de como plato independiente, también se encuentran en platos de pescado, palitos de surimi y como ingrediente de la salsa de ostras. En Polonia, el consumo de este grupo de productos es relativamente raro. En personas sensibilizadas, el consumo de una cantidad mínima puede desencadenar una reacción alérgica violenta y potencialmente mortal.

Leche

La alergia a las proteínas de la leche es, con diferencia, la alergia alimentaria más común en Polonia y afecta principalmente a los niños en su primer periodo de vida. La mayoría de los niños alérgicos adquieren tolerancia a la edad de 3 años, aunque debido al uso de dietas de eliminación restrictivas en estos niños, existe una tendencia a que la tolerancia se adquiera más tarde, en edad preescolar e incluso en edad escolar temprana. Debido a la reactividad cruzada entre las especies lácteas de otros ungulados, en las personas alérgicas a los alérgenos de la leche no se recomienda su consumo. Además de la leche en estado puro, los alérgenos se encuentran en forma de alimentos procesados como helados, galletas y dulces. También se pueden encontrar aditivos lácteos en la mayonesa, los aliños para ensaladas, las gachas instantáneas, el puré de patatas, la margarina, las tortitas, las albóndigas, las sopas en polvo, los alimentos en tarro y en lata, los platos de pescado preparados y el pan (el suero tiene un efecto alergénico mínimo). La leche también se añade a los embutidos y patés. Se encuentra en alimentos empanados, productos de nutrición deportiva y algunos medicamentos. En los niños más pequeños alérgicos a los alérgenos de la leche, su ingestión puede provocar desde síntomas violentos de una reacción alérgica generalizada hasta un shock anafiláctico en toda regla.

foto: panthermedia

Mostaza

Independientemente de su forma -líquida, en polvo o en grano-, el principal ingrediente alergénico que contiene es la mostaza. También puede estar presente como aditivo del pan, en platos de curry, adobos, productos cárnicos, aliños para ensaladas, sopas y salsas en polvo. La mostaza es una causa poco frecuente de anafilaxia.