La capacidad del ejercicio para proteger contra la depresión está demostrada y bien investigada, tanto en adultos como en adolescentes. ¿Podemos esperar el mismo efecto protector también en los niños? Aún no lo sabemos, aunque un estudio realizado por investigadores de la Universidad Noruega de Ciencia y Tecnología (HTANU) y de Investigación Social HTANU (ambas en Trondheim) sugiere que los niños a los que se proporciona ejercicio físico de moderado a intenso tienen menos probabilidades de desarrollar síntomas de depresión.
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