Las enfermedades cardiovasculares están muy extendidas en la sociedad y representan una de las principales causas de muerte en todo el mundo. Haber sufrido un infarto obliga a cambiar el estilo de vida e introducir en la dieta ácidos grasos insaturados, cuyas capacidades y propiedades tienen un efecto positivo sobre el corazón y su funcionamiento. Como nuestro organismo no tiene la capacidad de sintetizarlos por sí mismo, es necesario aportarlos con los alimentos que ingerimos.
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