Las enfermedades crónicas como el asma y la rinitis alérgica requieren un tratamiento continuo (o al menos estacional), y esto puede afectar al funcionamiento del niño en la escuela y entre sus compañeros.
Combatir la enfermedad y los mitos
El profesor Andrzej Emeryk, por su parte, subraya que se han creado muchos conceptos erróneos en torno a enfermedades crónicas como el asma y la rinitis alérgica. Uno de los mayores es el mito de que el asma se supera en la adolescencia.
Por otro lado, también es un mito que un niño con asma debe evitar absolutamente el ejercicio físico. Un gran problema -no sólo en Polonia- es el abuso de las exenciones de las clases de educación física por parte de los padres. El ejercicio físico tiene un efecto beneficioso sobre la salud y la forma física. El asma, por ejemplo, no ha impedido a muchos atletas convertirse en campeones del mundo. Por lo tanto, un niño con asma debe hacer ejercicio, por supuesto siguiendo las recomendaciones para el curso y el tratamiento de la enfermedad.
Muchos polacos tampoco saben que la desensibilización (o inmunoterapia) es una forma de reducir significativamente el riesgo de asma alérgica. Se trata del único tratamiento antialérgico eficaz que actúa sobre la causa de la alergia, en lugar de limitarse a aliviar temporalmente los síntomas. En los pacientes alérgicos, previene el desarrollo del asma y la aparición de nuevas alergias.
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Para los pacientes jóvenes, se recomienda un método moderno y no invasivo de desensibilización: las vacunas sublinguales administradas en gotas o comprimidos. Los estudios científicos de los últimos años confirman la gran eficacia de las vacunas sublinguales en el tratamiento de la rinitis alérgica y en algunos pacientes asmáticos. La vacuna en gotas administrada por vía sublingual se utiliza en todo el mundo desde hace muchos años. Las pastillas sublinguales son el último método de desensibilización y se están convirtiendo en una de las vías importantes para la inmunoterapia con alérgenos.
La vacuna sublingual tiene otra ventaja importante en el contexto del tratamiento de los niños: su uso no está asociado al estrés que pueden causar las vacunas inyectables. El propio paciente se administra la vacuna en casa, en contacto con un alergólogo que supervisa el tratamiento.
