Por tratamiento sistémico se entiende la interacción e integración de intervenciones terapéuticas sistémicas, que incluyen la quimioterapia, la terapia hormonal y la terapia biológica. El tratamiento sistémico se utiliza en casos de cáncer diseminado[1].
La quimioterapia es el tratamiento con citostáticos. La cinética celular indica que para las afecciones cancerosas en las que las células tumorales son sensibles a los efectos de la quimioterapia, ésta es un método esencial. Con dosis adecuadas del fármaco, aumentan las posibilidades de curación[2].
La terapia hormonal en pacientes con cáncer se utiliza por diversos motivos. Puede ser la terapia primaria para los cánceres hormonodependientes (como el cáncer de próstata). Las hormonas también se administran cuando es necesario reducir el efecto de una secreción hormonal anormal, así como de forma de apoyo reduciendo la inflamación o el edema.
La terapia biológica es un componente del tratamiento sistémico, basado en la inmunología y en el conocimiento de la acción y la función de las células tumorales. Esta terapia utiliza métodos que interfieren en el ciclo celular y afectan a las vías por las que se transmiten las señales dentro de la célula. La terapia biológica es una inmunoterapia dirigida a destruir las células cancerosas con la ayuda del sistema inmunológico. Este método de tratamiento utiliza vacunas contra el cáncer, inmunoterapia linfocitaria o inmunocitoquininas.
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Otro método de terapia biológica es la terapia dirigida, cuyo nombre, sin embargo, es una afirmación muy general, ya que la premisa de esta terapia no es captar el punto exacto, sino inhibir el crecimiento de las células tumorales. Para ello se utilizan anticuerpos monoclonales o inhibidores de tirosina quinasa de moléculas pequeñas[3].
