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Tensión silenciosa

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Tensión silenciosa

Panthermedia

Estrés

La disfonía, un trastorno de la función vocal, es un determinante muy importante de la sensación que uno tiene de funcionar en sociedad y, más concretamente, de comunicarse con el mundo que le rodea. La discapacidad percibida debido a esta afección se asocia a limitaciones en el funcionamiento diario y a una disminución significativa de la calidad de vida. Hay muchos factores que tienen un impacto directo e indirecto en la disfunción vocal, y uno de los más significativos es el estrés, que según las investigaciones tiene un impacto importante en el desarrollo de la disfonía.

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La voz es la base de la comunicación con el entorno. Es un elemento de nuestra vida que nos permite funcionar en sociedad y desempeñar nuestros papeles vitales. La calidad de nuestra voz es el resultado de muchos factores, uno de los cuales -muy significativo- es el estrés. Polonia no es un país aislado que lucha contra el problema del estrés experimentado a diario, ya que casi 1/4 de nuestra sociedad así lo declara. En el contexto de nuestra voz, todas las tensiones derivadas de la vivencia de situaciones estresantes pueden dar lugar a sus trastornos. Son las llamadas disfonías[1].

Al intentar clasificar los trastornos de la voz, la literatura especializada pone de relieve las dificultades que entrañan. Éstas surgen de la interconexión funcional-orgánica del funcionamiento laríngeo, en el que son frecuentes los cambios orgánicos que resultan directamente de los cambios funcionales que se producen en este órgano. Otro problema que se interpone en el camino de una calificación adecuada de los trastornos de la voz es la heterogeneidad de las causas, es decir, la variedad de factores es muy grande. Los foniatras (la rama de la medicina que se ocupa de las patologías que se producen dentro de la laringe y de su tratamiento), cuando intentan clasificar un trastorno diagnosticado, se ven obligados a adoptar una visión muy amplia de la condición patológica encontrada en el contexto de un número muy elevado de factores[2].

Remitiéndonos a la clasificación de la Unión Europea de Foniatras, los trastornos de la voz pueden dividirse de la siguiente manera: "voz normal; ronquera; disfonía leve; disfonía moderada; afonía; voz sustituta (obtenida con una prótesis)"[2].

Es importante tener en cuenta que ésta no es la única clasificación de los trastornos de la voz y que éstos cambian constantemente a medida que se desarrollan los conocimientos sobre los mecanismos que afectan a dichos trastornos[2].

Disfonía

El término disfonía designa los trastornos de la voz que pueden manifestarse de muchas maneras y bajo muchas formas. Hace referencia a todos los elementos y cualidades con los que podemos describir el funcionamiento de nuestra voz, ya que los trastornos pueden afectar a la frecuencia, el volumen y el timbre de la voz. Las anomalías denominadas disfonía pueden manifestarse en varias combinaciones y presentarse en diferentes "combinaciones". También hay casos en los que las anomalías se presentan por separado. La disfonía es un cambio en la forma de emitir la voz, el tono o el carácter de la voz, su alcance, así como su rendimiento y función. Entre los fenómenos asociados poco comunes de la disfonía se encuentra la ronquera, que es el resultado de una vibración anormal de las cuerdas vocales[2].


foto: panthermedia

Los trastornos de la voz pueden estar causados por lesiones de la laringe, así como ser el resultado de lesiones localizadas extraglóticamente. Además, también pueden estar implicadas causas funcionales derivadas de anomalías en los procesos fonatorios. El mal funcionamiento de los músculos situados tanto dentro como fuera de la laringe provoca alteraciones, desarmonías y una coordinación respiratorio-fonatoria anormal.

La disfonía orgánica se refiere a los trastornos que están causados por cambios patológicos específicos - si la terapia de tratamiento se lleva a cabo correctamente, entran en remisión[2].

Estrés y trastornos de la voz

En la bibliografía sobre los trastornos de la voz, encontramos diversos estudios sobre la percepción de las causas de los trastornos de la voz por parte de los afectados. Además de las infecciones de las vías respiratorias superiores, una de las causas más comunes es el estrés, percibido como un factor con un impacto significativo en la generación de problemas de voz. Sin embargo, los expertos no dudan de que un único factor no es totalmente responsable de la aparición de los problemas de voz, sino que se trata más bien de una superposición de factores coexistentes[3].

La tensión muscular en la cabeza y el cuello debida al estrés experimentado afecta significativamente a la respiración, que a su vez se acelera y se vuelve superficial, lo que puede provocar anomalías respiratorias. La propia reacción emocional también puede influir en la aparición de tensión en la laringe, y ésta se convierte en la causa de las anomalías asociadas a las vibraciones de las cuerdas vocales. Teniendo en cuenta los hechos mencionados, el estrés es un factor muy importante que influye en los trastornos de la voz. Un aspecto adicional es la inhibición de las glándulas secretoras, que también puede tener lugar en una situación de estrés, y el resultado es experimentar sequedad de las mucosas y molestias en las mucosas, la boca, la garganta y la laringe[1].