Los síntomas dermatológicos se manifiestan en forma de lesiones cutáneas, conocidas como erupciones. Pueden ser primarias, cuando la aparición de las lesiones es el inicio del desarrollo de la enfermedad y entonces se trata de lesiones como una mancha, bulto, protuberancia, nódulo o pústula. En el caso de las lesiones secundarias, son una implicación de la desaparición de las lesiones primarias y señalan el desarrollo o la desaparición de la enfermedad. Entre las lesiones secundarias se incluyen la descamación, la costra, la erosión, la abrasión, la ulceración, la hendidura y la cicatriz.
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