El cáncer cambia radicalmente la vida de una persona. Tras el diagnóstico, los primeros pensamientos son: "¿Cuánto tiempo viviré?". Sin embargo, con el tiempo, queda claro que el cáncer no es una sentencia de muerte. Al comenzar el tratamiento, surgen muchas preguntas: cómo será la vida cotidiana, qué pasará con la vida sexual.
Publicidad: