El dolor es un fenómeno que acompaña a todo ser humano. La forma en que lo percibimos viene determinada por nuestra fisiología y los procesos que tienen lugar en nuestro cuerpo. Las reacciones al dolor a partir de la respuesta que emite nuestro cuerpo pueden variar enormemente, pero no sólo son responsables la morfología y la estructura de nuestro cuerpo: los patrones de respuesta desarrollados y las reacciones psicológicas también desempeñan un papel importante.