El formaldehído, también conocido como aldehído fórmico, es un ingrediente habitual de los esmaltes de uñas. Recientemente, los científicos han decidido examinar más de cerca la adición de formaldehído a los cosméticos (especialmente a los esmaltes de uñas) y sus efectos sobre la salud.
¿Qué es el formaldehído?
Desde un punto de vista químico, el formaldehído se clasifica como un aldehído. Se trata del llamado aldehído fórmico, que en condiciones normales es un gas y tiene un olor característico y sofocante. Es un gas que se disuelve muy bien en agua.
Se utiliza como conservante en la industria cosmética. Formaldehído en cosm éticos En los envases de cosméticos, el formaldehído se encuentra bajo los nombres de formalina, metanal metil, pero también como una serie de derivados, como el glutaral. En los cosméticos, puede utilizarse en concentraciones no superiores al 0,2% cuando se aplica directamente sobre la piel, y en los esmaltes de uñas - máx. 5%.
¿Por qué es peligroso?
Los científicos creen que, debido a su fácil solubilidad en agua, puede penetrar en las membranas biológicas y dañar así las células. Si entra en contacto con la piel, pueden producirse erupciones cutáneas y reacciones alérgicas.
Se ha demostrado que en algunos casos el uso de lacas provoca onicólisis, es decir, la separación de la uña. El responsable de todo ello es el formaldehído. Se ha confirmado su efecto cancerígeno, de ahí que desde muchos sectores se pida una reducción de la dosis permitida.
Cosméticos que son fuente de formaldehído
El formaldehído se añade principalmente a los quitaesmaltes y barnices. Tiene un efecto relativamente fuerte sobre la lámina ungueal, debilitándola y resecándola. En algunos casos, el contacto con el formaldehído de los esmaltes de uñas puede provocar eccemas en el cuello y la cara. Además, el formaldehído de los esmaltes de uñas provoca erupciones cutáneas y reacciones alérgicas. ¿Con qué puedo sustituir el formaldehído? Los numerosos efectos secundarios del formaldehído han impulsado a las empresas cosméticas a buscar otros conservantes más seguros. Sin embargo, por desgracia, el bajo precio del formaldehído y su facilidad de producción hacen que se siga utilizando ampliamente.