Publicidad:

¿Por qué hacer pruebas hepáticas cuando se toman anticonceptivos hormonales?

Puedes leer este texto en 6 min.

¿Por qué hacer pruebas hepáticas cuando se toman anticonceptivos hormonales?

Panthermedia

Tratamiento del hígado

Las pruebas hepáticas permiten evaluar el funcionamiento de su hígado. Cuando se utilizan anticonceptivos, es especialmente aconsejable hacerse controles cada cierto tiempo para conocer los niveles de AST, ALT, bilirrubina y GGT. ¿Por qué? Porque algunos de los ingredientes de la píldora anticonceptiva pueden tener un efecto negativo en el hígado y merece la pena mantenerlo bajo constante revisión. Un hígado enfermo no es ninguna broma. A veces, los resultados básicos de las pruebas hepáticas y una ecografía pueden ayudar a diagnosticar diversas enfermedades del hígado.

Publicidad:

Pruebas hepáticas seleccionadas

AST: aspartato aminotransferasa. Las abreviaturas habituales utilizadas en las pruebas son también: GOT, EAT. Se trata de una enzima intracelular. Se encuentra en el músculo esquelético, el músculo cardíaco, el riñón y el hígado. El análisis de esta enzima permite detectar enfermedades hepáticas.

ALT - alanina quimiotransferasa. Las abreviaturas utilizadas aquí son: ALT, ALT, IAAT, SAL. Aparece principalmente en las células hepáticas. También es una enzima. Con menor frecuencia, su presencia puede observarse en el músculo cardiaco o en los riñones.

El índice de Rits, que es la relación entre los niveles de ALTU y AST, permite detectar las enfermedades hepáticas.

Bilirrubina: existen tres tipos de niveles de bilirrubina. Total, directa e indirecta. La total es la suma de las dos anteriores. La bilirrubina es un pigmento amarillo que procede de la descomposición de los glóbulos rojos. Por tanto, es fácil adivinar que forma parte de la hemoglobina. Su nivel en la sangre también puede mostrar daños en el hígado.

GGT - gamma-glutamiltranspeptidasa. Esta enzima se encuentra en la membrana celular del páncreas, el hígado, el riñón y los intestinos. Sus niveles elevados pueden indicar muchas enfermedades, incluida la enfermedad hepática.

Las pruebas mencionadas deben realizarse en ayunas en un laboratorio de diagnóstico. Una enfermera le extraerá sangre para la prueba. Normalmente los resultados están disponibles para su recogida el mismo día o al día siguiente dependiendo del laboratorio. Los resultados deben consultarse con el médico que le remitió para la prueba.


foto: panthermedia

Si su médico de cabecera o su ginecólogo creen que puede padecer una enfermedad hepática, le remitirán a un hepatólogo. Un hepatólogo es un especialista en el tratamiento de enfermedades hepáticas. Si los niveles de AST, ALT y GGT son significativamente elevados, es probable que el médico siga pidiendo una prueba para ver si tenemos hepatitis B o C, es decir, VHB y VHC. Mientras que fuimos vacunados contra la VHB en la infancia y estamos teóricamente protegidos, no existe vacuna para la VHC.

¿Duele el hígado?

Normalmente el hígado no da señales de dolor. Si lo hace, cuando hay problemas con la digestión, el dolor que se siente con más frecuencia es en el lado derecho irradiado a la zona de las costillas. Además, el hígado puede doler ya en casos graves de cáncer.

OPS, anticonceptivos e hígado

Muchas mujeres que padecen el síndrome de ovarios poliquísticos utilizan anticonceptivos. Con el SPO, suele ser difícil que las mujeres pierdan peso, y su mayor angustia es la constante alteración hormonal que las acompaña. Además, el sobrepeso y la obesidad son compañeros constantes de la enfermedad. Es posible ganar peso cuando se utilizan anticonceptivos. Hay dos posibilidades: la primera es que sea culpa nuestra, porque no conseguimos frenar nuestro apetito y comemos más, echándole la culpa al anticonceptivo; la segunda es que la composición de la píldora influya realmente en el aumento de peso y, a pesar de una dieta y un estilo de vida saludables, no tengamos control sobre ello. Con cualquier exceso de peso, es importante cuidar el estado del hígado.

Cada kilo de más puede contribuir a un hígado graso. En el futuro, una esteatosis hepática no tratada puede traernos consecuencias desagradables en forma de cáncer de hígado. Es importante recordar que la esteatosis hepática no es sólo un problema para los alcohólicos. También existe la esteatosis hepática no alcohólica y las personas con sobrepeso también deben comprobar de vez en cuando el estado del órgano, no sólo mediante análisis de sangre, sino también mediante la Eco hepática.