A veces los niños intentan comer cosas: arena, tierra del suelo, papel, etc., pero pronto aprenden que no sabe bien y abandonan esta práctica. En los niños pequeños se trata de una forma natural de explorar el mundo y no debe considerarse una enfermedad. Algunos niños, sin embargo, no dejan de comer cosas que no están destinadas a ser comidas, una condición llamada pica, o apetito distorsionado.
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