La relación médico-paciente es un tipo específico de contacto interpersonal. En el procedimiento terapéutico, el paciente exige del médico (especialista), un diagnóstico preciso y un tratamiento eficaz, por otra parte, tiene que confiar plenamente en él en este asunto. Esta relación no está exenta de conflictos: el médico puede encontrarse con comportamientos agresivos por parte del paciente. Éstos suelen surgir porque el paciente no está informado sobre el diagnóstico, el tratamiento y las medidas que se toman hacia él.
Agresión en una relación médica
Las causas de la agresividad en la relación médico-paciente se atribuyen a una información sanitaria inadecuada, a la falta de detalles sobre el tratamiento, a la desinformación y a una organización inadecuada de las actividades médicas por parte del centro. Un ejemplo emblemático es la espera de varias horas para una cita médica. También se dan situaciones en las que una persona que acude a urgencias tiene que dar las razones de su llegada, en presencia de otros pacientes, que escuchan la conversación.
Al mismo tiempo, el desconocimiento del proceso terapéutico, así como la ignorancia de los derechos del paciente en una situación determinada, pueden ser motivo de preocupación y, por otro lado, causa de frustración que implique agresión. A menudo, sin embargo, las actitudes del personal médico son la causa principal de la insatisfacción y la frustración del paciente, porque, como solíamos decir, cuando el médico llega a conocer al paciente, lo quiera o no, entra en una relación terapéutica o antiterapéutica con él.
Losmensajes promovidos en los medios de comunicación disponibles también desempeñan un papel esencial. Las imágenes de la incompetencia de los médicos y el discurso generalizado sobre la responsabilidad del personal médico, al tiempo que se difunde información sobre los derechos de los pacientes, conducen a menudo a una percepción simplificada de la relación médico-paciente, formando actitudes reivindicativas.
El justo medio
Una cuestión muy importante es la búsqueda de una respuesta a la pregunta de cómo debe reaccionar un médico que se encuentra con un comportamiento agresivo durante un procedimiento médico.
Un ejemplo sería una cita médica durante la cual un paciente, utilizando vulgaridades o un comportamiento agresivo, intenta obligar al médico a que le recete un medicamento que, desde el punto de vista médico, no está justificado. En una situación así, el médico puede adoptar cuatro tipos de medidas.
Puede escribir la receta a petición del paciente, lo que en algunos casos puede deberse al temor por su propia seguridad, lo que es comprensible. Si el médico decide no seguir aconsejando al paciente en cuestión, está obligado a mostrarle otro lugar al que pueda acudir en busca de ayuda.
Otra solución es que el médico adopte una actitud agresiva, es decir, que utilice también la agresión verbal, lo que sólo parece conducir a una discusión y a una escalada de agresividad por ambas partes.
En tercer lugar, el médico puede utilizar elementos manipuladores e intentar convertir la situación en una broma. Sin embargo, esto implica una evaluación precisa de los motivos que desencadenaron la agresión.
En cuarto lugar, el médico puede adoptar una actitud asertiva, es decir, emprender acciones mediante las cuales defienda sus derechos sin privar de respeto a la otra parte. En este sentido, son importantes destrezas como lidiar con la ira de alguien, lidiar con el propio miedo y hacer frente a las acusaciones. Según las investigaciones, escuchando, haciendo preguntas, mostrando empatía y buscando soluciones alternativas, el problema de la agresividad en los pacientes consigue desactivarse en muchos casos.
Larelación terapéutica es una forma específica de contacto que se desarrolla entre el médico y el paciente. Por un lado, las expectativas del paciente sitúan al médico en el papel de un especialista que está obligado a ayudar, pero por otro, la sumisión a las recomendaciones y la confianza que el paciente debe depositar en el médico hacen que éste sea quien tome las decisiones en el contexto de nuestra salud. Además de los casos de agresión verbal o comportamiento agresivo, no se puede pasar por alto la cuestión de la agresión física, que en muchos casos obliga al médico a emprender la defensa necesaria.
foto: panthermedia
Entonces, ¿cómo tratar la agresividad en un paciente? Por desgracia, no existe una respuesta universal ni una única y buena solución. Para evitar despertar la agresividad, es importante ser consciente de describir la relación terapéutica de forma responsable y precisa, para que todos los participantes en el proceso de tratamiento sean conscientes de los derechos y responsabilidades de los demás. [1]
