Ya en la antigüedad se diagnosticaban distintos tipos de enfermedades por el olor, por ejemplo, de la boca. El olor de la orina no debería ser perceptible por nosotros. Por supuesto, nuestra dieta, los trastornos hormonales, las infecciones del tracto urinario, los trastornos metabólicos o la medicación que tomamos regularmente en la mayoría de los casos modifican el olor. Se hace perceptible para nosotros. Un olor penetrante y desagradable de la orina que persiste durante mucho tiempo puede ser o no un signo de enfermedad. ¿Cuándo debemos acudir al médico? ¿Con qué frecuencia debo hacerme un análisis de orina?
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