Hace unos días vi la película "Olor de mujer", que ya no es lo último (fenomenal papel protagonista de Al Pacino). La película trata de valores, de la vida, de la felicidad, pero también del epónimo olor de una mujer. Un veterano ciego, al conocer a cualquier mujer, reconoce infaliblemente la marca del producto cosmético que ella utiliza. Una película conmovedora y hermosa, se la recomiendo sinceramente.
Como en todas partes, cabe señalar que debe evitarse la exageración. Las fragancias que se superponen demasiado o los olores demasiado intensos irritarán no sólo las narices delicadas. Sugiero una regla universal: ligeramente detrás de las orejas, en ambas muñecas y en la parte inferior del escote. También recomiendo perfumes concentrados en lugar de eau de toilette. Es cierto que gastará más dinero en ellos, pero incluso una pequeña cantidad tendrá el efecto deseado, la fragancia durará más e incluso un frasco pequeño será más eficaz.
Las mujeres no son las únicas que huelen bien. Pocos hombres se dan cuenta de que crecen considerablemente a los ojos de una mujer si llevan un aroma sutil e intrigante (por ejemplo, de perfume). Muchas personas, así es como recuerdan a personas concretas, utilizando la memoria del olfato. Y no olvidemos que el perfume es un regalo universal, bueno para cualquier ocasión, siempre que conozca las preferencias del destinatario.
Así que, señoras, prestemos especial atención a la fragancia. A su cantidad, calidad y selección. Que se convierta, junto a los zapatos, el bolso y las joyas, en otro accesorio cuidadosamente seleccionado. No sólo en ocasiones festivas, sino también a diario. La fragancia es lo que nos define como mujeres.
