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Olor de mujer

Anna Pyka

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Olor de mujer

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Perfume

Hace unos días vi la película "Olor de mujer", que ya no es lo último (fenomenal papel protagonista de Al Pacino). La película trata de valores, de la vida, de la felicidad, pero también del epónimo olor de una mujer. Un veterano ciego, al conocer a cualquier mujer, reconoce infaliblemente la marca del producto cosmético que ella utiliza. Una película conmovedora y hermosa, se la recomiendo sinceramente.

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La película me hizo reflexionar. Cuando pienso en el atributo más femenino, lo que me viene a la mente es el aroma. Para que conste, cuando digo aroma, no sólo pienso en el bello olor del perfume, sino también en el olor del champú, la loción, el jabón y, a veces, simplemente en el olor de una cena recién hecha o de un pastel recién horneado. Así que el olor de una mujer puede tener muchos significados. Sin embargo, lo que merece la pena destacar es que siempre es bello.

Hace poco, cuando un amigo me besó la mano en señal de saludo, me hizo un cumplido sobre el olor de mi perfume. Me quedé un poco sorprendida, ya que no son muchos los hombres cuya boca puede ofrecer un cumplido así (aparte de que pocos hombres recuerdan aún esta forma de saludo). Fue entonces cuando me pregunté si la costumbre de besar la mano no había servido inicialmente para conocer el aroma de una mujer. Para ser sincera, me rocío las muñecas completamente por reflejo antes de salir, sin pensar nunca en por qué lo hago en realidad.

Cada mujer tiene su propio aroma distintivo. Incluso si dos mujeres utilizan el mismo cosmético, es seguro que tendrá un efecto diferente. Entonces, ¿de qué depende el aroma? ¿Quizás de la gracia, de la forma en que se mueve? ¿Quizás incluso del temperamento o la personalidad? Incluso me atrevería a aventurar una tesis como ésta "enséñame cómo hueles y te diré quién eres". Es un hecho bien conocido que cada uno de nosotros tiene diferentes preferencias de fragancias, probablemente relacionadas con nuestro tipo de belleza, estilo o el ya mencionado temperamento. Incluso el mayor profano, al ver a una mujer con el pelo rubio, le atribuiría instintivamente una delicada fragancia floral. A las morenas se les suelen atribuir fragancias más pesadas y especiadas. Sin embargo, aquí ya entramos en el territorio de los estereotipos, que, en mi opinión, deberían superarse.