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¡No tenga miedo del ginecólogo!

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¡No tenga miedo del ginecólogo!

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De compras con una amiga

Las jóvenes polacas visitan demasiado poco al ginecólogo, lo que alarma a los especialistas. Las visitas regulares pueden detectar cambios precoces y tratarlos eficazmente.

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Utilizando el mismo ejemplo, se puede comparar la cuestión de elegir a una ginecóloga o a un ginecólogo. También en este caso las opiniones están divididas. Mis conocidas también están divididas: las que se examinan con hombres defienden ferozmente a sus médicos, afirmando que son amables, gentiles y responden a todas las preguntas de forma exhaustiva.

Las pacientes de ginecólogos defienden a sus doctoras, alegando que nadie entenderá a una mujer como ella. Cuando acuden a una mujer, se sienten menos avergonzadas, más abiertas y seguras de sí mismas. También hay declaraciones de que nunca acudirían a hombres porque se sentirían incómodas.

Como puede ver, las voces están divididas, pero una cosa es cierta: independientemente del sexo, hay médicos competentes y amables y otros que no tratan bien a sus pacientes femeninas.

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Las mujeres también señalan el problema de acudir a los especialistas. El tiempo de espera para una cita depende de dónde se viva. En algunas ciudades, la espera es de un mes, en otras de dos semanas. Las mujeres que viven en zonas rurales se encuentran en la peor situación: a menudo sólo hay un médico en el centro de salud, por lo que las citas quedan lejos, además de la vergüenza de que "todo el mundo se conoce".

En la cita con el médico, las pruebas más comunes (aparte del examen básico) son las pruebas de detección del cáncer de cuello uterino. Se trata de exámenes citológicos de frotis de la boca externa del canal y del disco cervical.