Los riñones son el órgano encargado de limpiar la sangre y excretar los compuestos tóxicos del organismo. Como tal, es un órgano especialmente vulnerable a los efectos tóxicos de los medicamentos.

¿Cómo funcionan los riñones?

La principal función de los riñones en el organismo es limpiar la sangre de productos metabólicos, filtrándola en los glomérulos y participando en los procesos excretores. Por los riñones circulan aproximadamente 1,5 litros de sangre al día, que es limpiada por las llamadas nefronas que forman los glomérulos. Además de eliminar del organismo los productos metabólicos nocivos, los riñones participan en la regulación del volumen de los líquidos corporales, regulan el sistema renina-angiotensina-aldosterona, influyen en el proceso de eritropoyesis, mantienen el pH sanguíneo normal y producen la forma activa de la vitamina D3.

Fármacos que pueden dañar los riñones

Existe un amplio grupo de medicamentos que tienen un efecto significativo sobre los riñones y, en casos extremos, pueden dañarlos. Entre los medicamentos que presentan efectos neurotóxicos se encuentran:

antiinflamatorios no esteroideos (ibuprofeno, fenoprofeno) o medicamentos que contengan paracetamol o fenacetina (perjudiciales sobre todo con un uso prolongado),
antibióticos aminoglucósidos (gentamicina, amikacina), cefalosporinas, sulfonamidas,
antifúngicos,
diuréticos (furosemida, espironolactona),
litio (utilizado habitualmente para tratar los trastornos depresivos),
inhibidores de la enzima convertidora de la angiotensina,
antagonistas de los receptores de la angiotensina II,
estatinas,
fibratos
ciertos medicamentos antivirales (aciclovir, fos carnet, indinavir).

foto: panthermedia

Detección de los efectos neurotóxicos de los fármacos

Los indicadores utilizados para evaluar la función renal son principalmente la concentración de creatinina sérica y la evaluación de la tasa de filtración glomerular, es decir, la TFG (tasa de filtración glomerular). Los análisis de laboratorio valoran la concentración de creatinina sérica y evalúan la tasa de filtración glomerular comparándola con los estándares.

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Mecanismo del daño renal inducido por fármacos

Los fármacos afectan a los riñones de diversas maneras por diferentes mecanismos. Algunos fármacos (como la penicilamina, el captopril o la rifampicina) pueden provocar una disfunción glomerular, conocida como glomerulopatía. Los antibióticos aminoglucósidos o los citostáticos afectan a los túbulos renales, dando lugar a glucosuria, fosfaturia, aminoaciduria, acidosis tubular y, en consecuencia, al síndrome de Fanconi. Entre los efectos secundarios habituales de los fármacos se encuentran la nefritis intersticial o la nefritis intersticial aguda derivada de la hipersensibilidad al fármaco, en cuyo caso aparecen síntomas adicionales como fiebre, erupción cutánea, eosinofilia, dolor articular y aumento de los niveles de IgE. La nefritis intersticial aguda está causada principalmente por las penicilinas, las cefalosporinas, el interferón alfa, los anticonvulsivantes (diazepam, carbamazepina), los fármacos antituberculosos - como la rifampicina, el etambutol o la isoniazida.

Efectos del daño renal

Como consecuencia de un daño renal, los riñones ven alterado su funcionamiento normal: se producen problemas en la excreción de productos metabólicos y en el mantenimiento del equilibrio electrolítico. Por desgracia, una gran parte de los medicamentos tienen efectos sobre los riñones. Muchas veces, el consumo excesivo de medicamentos -especialmente analgésicos- contribuye al deterioro de los riñones y, posteriormente, a la aparición de problemas renales. Recuerde: los riñones desempeñan un papel clave en nuestro organismo, permitiendo la excreción de efectos metabólicos que, en altas concentraciones, serían simplemente tóxicos para el cuerpo.

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Nefrotoxicidad de ciertos fármacos - ¿qué es?

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