Una queja relativamente frecuente que los pacientes presentan a su médico de cabecera o neurólogo es que experimentan una sensación desagradable descrita como hormigueo facial. Esta sensación anormal y espontánea puede ir (y suele ir) acompañada de otras sensaciones desagradables como ardor, escozor o pinchazos. Las alteraciones sensoriales de esta naturaleza se denominan colectivamente parestesias. Pueden localizarse en cualquier parte del cuerpo, y su localización depende de la parte del sistema nervioso que irriga la parte del cuerpo en cuestión, afectada por el proceso de la enfermedad.
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