El glioblastoma multiforme se considera el tumor más peligroso del sistema nervioso central. El tratamiento de esta lesión está plenamente justificado: este tumor no sólo puede desarrollarse muy rápidamente, sino que además puede crecer sin causar ningún síntoma, lo que a menudo retrasa el diagnóstico, lo que en última instancia puede limitar las opciones de tratamiento del paciente. ¿Qué más hace de los glioblastomas multiformes un cáncer temido y cuál es el pronóstico de los pacientes que desarrollan este tumor?
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