El TDAH, o Trastorno por Déficit de Atención e Hiperactividad, es una afección considerada crónica en la que los síntomas predominantes están relacionados con la esfera cognitiva del funcionamiento. Se refieren a la tríada: trastorno por déficit de atención, hiperactividad e impulsividad, que persisten en el niño durante un periodo de tiempo. El TDAH es tratado por psiquiatras y psicólogos, pero también tiene efectos que pueden afectar a otros sistemas corporales, como el cardiovascular.
Desarrollo físico
El desarrollo físico de los afectados por el TDAH no ha sido objeto de mucha bibliografía y, además, los datos que se pueden encontrar en la literatura tienden a ser muy dispares. Bastantes de ellos apuntan a problemas como la obesidad o el sobrepeso, pero otros estudios no encuentran problemas cognitivos en grupos de niños obesos o con sobrepeso.
Los estudios citados en esta tesis no encontraron en sus conclusiones una relación entre el deterioro cognitivo y los problemas de sobrepeso. Además, los exámenes radiológicos no revelaron cambios ni anomalías en las imágenes de los órganos torácicos. El examen electrorradiológico tampoco reveló anomalías significativas y, si se revelaron desviaciones durante el examen, éstas se encontraban dentro de los límites normales. Sin embargo, debe tenerse en cuenta que también pueden observarse incidentes aislados de anomalías en niños sanos.
Tratamiento farmacológico
De relevancia para la farmacoterapia es la recomendación de la Administración de Alimentos y Medicamentos de EE.UU. (FCAP) de que la monitorización cardiaca es necesaria antes de la inclusión de medicación en niños y adolescentes con TDAH. Esto se debe a que los pacientes que padecen TDAH, presentan incidentes de eventos adversos, en el contexto del sistema cardiovascular, que pueden implicar una afección potencialmente mortal o potencialmente mortal.
Síntomas alarmantes
Los acontecimientos adversos cardiovasculares que pueden observarse están relacionados con la aceleración o desaceleración de la frecuencia cardiaca, alteraciones de la conducción o anomalías del periodo de repolarización (como anomalías del complejo ST-T o anomalías de la onda T y prolongación del intervalo QT).
Todas las anomalías mencionadas han sido observadas por la Agencia Europea del Medicamento (EpRBCA) y la FCAP, en pacientes con TDAH tratados con dosis estándar de fármacos cardiovasculares.
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Dados los riesgos de incluir la farmacoterapia, es necesario ampliar el estudio con una historia familiar detallada, en particular el médico debe tener conocimiento de la ocurrencia de muertes súbitas en la familia, arritmias de estados pre-fatiga, medicamentos tomados por los miembros de la familia (especialmente los que prolongan el QT), y consumo de zumo de pomelo.
Seguimiento
Una vez seleccionada la medicación adecuada, son esenciales los controles cíclicos con ECG, cuya frecuencia debe depender de la dosis prescrita, así como del bienestar y el estado de salud del paciente.
Tensión arterial
Otro elemento de la evaluación cardiaca es la medición de la tensión arterial, tanto sistólica como diastólica. El estudio al que se hace referencia en este documento no indica anomalías asociadas a la hipertensión en reposo, de ahí la conclusión de que el aumento de la actividad física en los niños con TDAH es causa de cambios cardiovasculares.
No obstante, los resultados obtenidos en este estudio no muestran ninguna contraindicación para la actividad física y, de hecho, muestran sus efectos beneficiosos sobre los cambios cardiovasculares, también en el contexto del desarrollo psicomotor general del niño. [1]