Una frecuencia cardiaca acelerada no siempre indica una enfermedad grave. Puede ser una reacción fisiológica al esfuerzo o a una emoción, un síntoma de un trastorno de ansiedad, pero también un indicio de una cardiopatía que requiere tratamiento especializado. Es fundamental distinguir correctamente cuándo el problema es psicológico y cuándo indica una patología cardiovascular.
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