Una de las formas modernas de colaboración mutua médico-paciente es la denominada "toma de decisiones compartida". Este tipo de relación mutua tiene una historia relativamente corta. Se empezó a hablar de ella en la década de 1980. En esta tendencia, la relación médico-paciente se basa en aumentar los conocimientos médicos del paciente y tener más influencia en las decisiones sobre el tratamiento. Tanto el paciente como el médico comparten información y conocimientos sobre las opciones de tratamiento. Las decisiones se toman conjuntamente basándose en que ambas personas están de acuerdo en una línea de actuación. Esta relación médico-paciente requiere mucho esfuerzo por ambas partes, pero también ofrece nuevas posibilidades terapéuticas.
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