El ictus es una afección médica que puede acabar en la muerte o causar muchas complicaciones, como discapacidad y pérdida de muchas funciones básicas. Como indican las investigaciones y las estadísticas, las mujeres tienen más probabilidades de sufrir un ictus, así como sus consecuencias, lo que está relacionado con una serie de factores específicos del sexo. Factores como el embarazo, la menopausia, el síndrome antifosfolípido o la migraña se consideran propicios para la aparición de un ictus, pero no es insignificante el estilo de vida, que favorece repetidamente la incidencia del ictus.