El cáncer se ha convertido en una enfermedad casi universal. Parecería que es imposible protegerse contra él. Sin embargo, resulta que una revisión del estilo de vida que llevamos puede resultar saludable para nuestra salud.
No es infrecuente que lasalteraciones endocrinas estén causadas por factores internos sobre los que el individuo no tiene control. Sin embargo, hay casos, como la anticoncepción hormonal o la terapia hormonal sustitutiva, en los que se introducen dosis adicionales de hormonas desde el exterior. También en estos casos, las sustancias introducidas en el organismo no están exentas de efectos sobre la salud, provocando un aumento significativo del riesgo de desarrollar ciertos tipos de cáncer.
Es una verdad bien conocida que la exposición frecuente y prolongada a los rayos ultravioleta (UV ) es perjudicial para la salud. Sin embargo, aproximadamente el 86% de los casos de cáncer de piel (melanoma y no melanoma) son consecuencia directa del uso excesivo del sol o de las camas bronceadoras.
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Finalmente, el último de los elementos más mencionados que aumentan el riesgo de cáncer es el tipo de trabajo realizado, teniendo en cuenta los carcinógenos nocivos, es decir, los carcinógenos presentes en el entorno laboral. Estos pueden incluir sustancias como el arsénico o el amianto, por ejemplo.
El cáncer es una enfermedad insidiosa y en muchos casos es difícil determinar la génesis exacta de su origen. No obstante, merece la pena invertir algo de tiempo y esfuerzo en garantizar que el estilo de vida que llevamos sea nuestro aliado y no nuestro enemigo en la lucha por la salud y la vida.
