El enrojecimiento del ojo puede asociarse a una desagradable sensación de irritación, incomodidad y, como consecuencia, incluso a problemas de visión. No debe subestimarse el problema del ojo rojo: ignorar los síntomas y tratar de "esperar a que pasen" hasta que "desaparezcan por sí solos" puede acabar empeorando la visión.
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