"Kalina tuvo mucha suerte". - eso es lo que sus clientes solían decir de ella. Tenían razón, después de todo, no todo el mundo puede presumir de tener el mejor salón de belleza de la ciudad y el título de propietaria del año. Ella misma era el escaparate más apropiado para su establecimiento: el pelo en el tono más de moda de flamígero baleyage, las uñas perfectas con adornos de oro plateado, el maquillaje resaltando perfectamente sus grandes ojos azules y los labios carnosos del color del vino maduro.
Publicidad: