El divorcio es una de las crisis más dolorosas de la vida. No sólo los adultos la soportan con dificultad. Los niños y los jóvenes sienten la separación de sus padres de forma aguda. ¿De la misma manera? ¿Cómo podemos ayudar a los jóvenes a encontrar su camino en la nueva situación?
La noticia de un divorcio provoca primero conmoción e incredulidad. Luego viene el dolor, un sentimiento de herida e injusticia, la pérdida de la esperanza y también el miedo. Miedo ante una nueva y aún desconocida fase de la vida.
Todos los miembros de la familia sufren, pero los niños son los que experimentan el mayor drama. Las estadísticas muestran que la mitad de las parejas que se divorcian tienen hijos en edad preescolar y escolar. Los adultos suelen pensar que el divorcio es un problema exclusivamente suyo. Nada más lejos de la realidad. Mucho antes del divorcio, los niños ya perciben señales de cambio. Las discusiones constantes, los gritos, los "días tranquilos" les hacen sentirse indefensos, solos y perdidos. Tienen una creciente sensación de miedo a que un día uno de sus padres desaparezca. Se preguntan cómo será su vida futura, con qué progenitor vivirán.
Los hijos de padres divorciados también se preguntan si sus padres aún les quieren. Muy a menudo, se culpan a sí mismos de que es por su culpa por lo que se ha producido una crisis en la familia. Los niños menores de 5 años se vuelven más llorones y ansiosos. Les cuesta comer, tienen trastornos del sueño y están irritables. A esta edad, los niños no han desarrollado habilidades para afrontar situaciones de crisis. Es importante hablar con su hijo, mostrarle mucho afecto y asegurarle su amor.
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Los niños en los primeros años escolares ya son más independientes y capaces de ver las relaciones causa-efecto. La nueva situación les hace tener peor rendimiento académico, problemas de comportamiento, baja autoestima y retraimiento social. A menudo se culpan a sí mismos por el divorcio de sus padres. Intentan hacer frente a esta difícil situación escapando a un mundo de fantasía que no está conectado con la realidad.