Establecer las causas de la crisis, en lo que desempeña un papel fundamental una entrevista detallada y minuciosa con el paciente y las personas que presenciaron la crisis. Debe prestarse especial atención a todas las sensaciones del paciente antes, durante y después de la convulsión. Entre otras cosas, esto ayudará a determinar el tipo de convulsión y de epilepsia.

Al hablar con el paciente, deben anotarse los siguientes puntos: información perinatal y del desarrollo, antecedentes genéticos (antecedentes familiares), cualquier antecedente de traumatismo craneal, una descripción detallada de la crisis, estado de consciencia, edad a la que se produjo la crisis, síntomas posteriores a la crisis, enfermedades anteriores, medicación y mucho más. También es importante saber si es la primera convulsión que ha tenido y cuánto ha durado.

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El neurólogo debe interrogar al paciente muy detenidamente sobre todo lo ocurrido antes y después de la convulsión y sobre las personas que estaban con él en ese momento. Una vez realizado el historial, es crucial determinar cuál puede haber sido la causa del ataque epiléptico:

• Privación prolongada de sueño,
• Fatiga,
• Enfermedad,
• Consumo de estimulantes (alcohol, drogas y otros),
• Si el ataque se produjo por la noche (mientras dormía) y muchos otros.