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Conjuntivitis: ¿una afección primaveral?

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Conjuntivitis: ¿una afección primaveral?

Pantherstock

Ojos

La conjuntivitis es una afección común que afecta a todo el mundo al menos una vez en la vida. La mayoría de las veces tiene un curso benigno y se resuelve espontáneamente sin dejar complicaciones oculares. Entre las causas más comunes se encuentran los factores alérgicos, los factores bacterianos y el "síndrome del ojo seco". En casos poco frecuentes, es necesario acudir a un oftalmólogo para recibir un tratamiento farmacológico adecuado.

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Algo de anatomía del ojo

La conjuntiva es la membrana transparente que recubre los párpados desde el interior y llega hasta la superficie anterior del globo ocular, donde limita con la córnea, también transparente. Pertenece al aparato protector del ojo. Además de su función protectora, la conjuntiva participa en la nutrición de la córnea, que no contiene vasos sanguíneos propios. Debido a su ubicación, la conjuntiva está expuesta a muchos factores ambientales externos que la dañan y provocan inflamación.

Conjuntivitis: ¿cómo se manifiesta, cómo ayudarse, cuándo acudir al médico?

La conjuntivitis suele afectar a todas las personas al menos una vez en la vida. La etiología puede ser variada, pero entre las causas más comunes se encuentran las lesiones alérgicas, el síndrome del ojo seco y las infecciones bacterianas.

  • Un grupo muy amplio de personas con conjuntivitis sufre alergias. La inflamación se produce al entrar en contacto con un alérgeno, suele ser estacional y afecta hasta a un 15-20% de la población. Los síntomas más graves se producen en primavera y verano, durante la temporada de polen de árboles y gramíneas. Los síntomas típicos son picor en los párpados, a menudo acompañado de hinchazón y enrojecimiento alrededor de los ojos. Estos síntomas van acompañados de lagrimeo, enrojecimiento de todo el globo ocular y secreción mucosa. Los síntomas son muy persistentes y permiten al paciente desenvolverse con soltura. Estos síntomas forman parte del cuadro general de la alergia, que puede presentarse con rinitis, secreción nasal acuosa y estornudos. La mucositis alérgica también puede acompañar a otras enfermedades alérgicas como el asma. Una variante más peligrosa de la conjuntivitis es la conjuntivitis atópica, en el curso de una dermatitis atópica, que se acompaña de un aumento de los cambios cutáneos de los párpados, con un alto riesgo de complicaciones como lesiones permanentes de la córnea, desprendimiento de retina o cataratas precoces. Si los síntomas típicos de la conjuntivitis aparecen en pacientes con dermatitis atópica, es necesario consultar urgentemente a un oftalmólogo.
  • En caso de conjuntivitis bacteriana, el ojo está muy inyectado en sangre y hay una secreción purulenta o mucopurulenta, normalmente sin picor, pero puede haber sensación de quemazón y de arena bajo los párpados. Por lo general, la inflamación afecta a ambos ojos. Aunque sólo comience con síntomas en un ojo, el otro se infecta al poco tiempo. La secreción purulenta durante la noche provoca un desagradable apelmazamiento de los párpados y dificultad para abrirlos por la mañana. Los patógenos más comunes que causan la inflamación son los estreptococos y los estafilococos. Si la inflamación va acompañada de una hinchazón grave de los párpados y una secreción purulenta profusa, la causa puede ser una infección gonocócica. La infección por Chlamydia trachomatis tiene un curso similar y puede ir acompañada de neumonía e infecciones de oído, cervicitis y/o vaginitis, uretritis sintomática o asintomática que suele transmitirse por contacto sexual.
  • El tercer grupo más frecuente es la conjuntivitis en el curso del síndrome del ojo seco. Puede deberse a un trastorno en la producción y secreción de lágrimas o a anomalías en su composición. Cuando el ojo se ve privado de su capa protectora natural en forma de lágrimas, cuya función es hidratar el ojo, se produce un aumento de la fricción de los párpados contra las conjuntivas, lo que conduce secundariamente a su inflamación y daño. Un síntoma común es el ardor ocular y la sensación de arena bajo el párpado. La afección suele afectar a las mujeres durante la menopausia. Puede acompañar a enfermedades autoinmunes como la artritis reumatoide (AR), la esclerodermia y el síndrome de Sjögren. Tenga en cuenta que ciertos medicamentos pueden provocar una producción anormal de la película lagrimal (antihistamínicos, anticonceptivos, fármacos hipotensores, antiarrítmicos, antimigrañosos, antidepresivos). El síndrome del ojo seco también es una afección bastante común entre los usuarios de lentes de contacto.

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foto: panthermedia

  • Entre las causas más raras de conjuntivitis se encuentran las infecciones víricas. Los patógenos más comunes que la causan son los adenovirus y el virus del herpes. La conjuntivitis puede ser un componente de una infección de las vías respiratorias altas. En este caso, el tratamiento consiste en medicación antiinflamatoria. La inflamación se acompaña de secreción serosa profusa y reacción papular en la conjuntiva, congestión importante, hemorragias conjuntivales. En el caso del herpes zóster, hay lesiones vesiculares en la zona de los párpados.

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¿Cómo puede ayudarse y cuándo acudir a un oftalmólogo?

Lamayoría de las conjuntivitis remiten espontáneamente sin tratamiento. La mayoría de las situaciones son inflamaciones leves de etiología bacteriana o alérgica. Son una reacción temporal a un alérgeno o a una infección bacteriana. Para los síntomas molestos de la inflamación alérgica, pueden ser útiles los antihistamínicos. Para reducir la hinchazón de los párpados, pueden utilizarse compresas frías o una ducha fría para ayudar a eliminar el alérgeno de la zona ocular. En caso de picor molesto, hinchazón excesiva o secreción, consulte a su médico de cabecera, que puede recetarle antihistamínicos orales o antihistamínicos tópicos aplicados en el saco conjuntival. En caso de infección bacteriana, el uso de gotas antibióticas no suele ser necesario, pero reducirá la duración de la inflamación y la presencia de síntomas. Los fármacos del grupo de los glucocorticosteroides también son aplicables en la conjuntivitis, pero debe recordarse que su uso debe estar bajo la supervisión de un oftalmólogo tras examinar el órgano visual y los antecedentes de enfermedades concomitantes. Tenga en cuenta que, al utilizar gotas en la conjuntivitis, es conveniente limpiar el saco conjuntival lavándolo con suero fisiológico antes de aplicar las gotas.

¿Cuándo acudir al oftalmólogo?

Lamayoría de las conjuntivitis pueden ser tratadas por su médico de cabecera o generalista. En los casos en los que sea necesario un diagnóstico en profundidad, éste podrá remitir al paciente a un oftalmólogo. Hay algunas situaciones en las que es necesario acudir urgentemente a un oftalmólogo especialista o de guardia, entre ellas:

  • Dolor ocular intenso acompañado de congestión del ojo (puede tratarse de un ataque de glaucoma),
  • problemas de visión,
  • dolor de cabeza acompañado de enrojecimiento del ojo, especialmente en el lado del dolor de cabeza,
  • fotofobia
  • irregularidad de la pupila o falta de respuesta a la luz,
  • "ojo borroso": nubosidad, opacidad o borrosidad de las estructuras de la parte anterior del ojo.