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Complicaciones tras el uso de aparatos de ortodoncia

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El tratamiento de ortodoncia, aunque conocido desde hace siglos, adquiere hoy una forma ligeramente diferente debido principalmente a las crecientes necesidades estéticas de los clientes de las clínicas de ortodoncia. Estamos hablando de un tratamiento estético, cuyo objetivo es mejorar el aspecto de nuestros dientes. Sin embargo, el tratamiento de ortodoncia es ante todo la eliminación de la maloclusión del órgano masticatorio. Como cualquier tipo de tratamiento, el tratamiento ortodóncico también conlleva el riesgo de complicaciones o efectos secundarios, en forma de lesiones cariosas, reabsorción gingival o resección radicular.

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"Manchas blancas"

Las manchas blancasen el es malte (puntos blancos) son una especie de presagio de la formación de lesiones cariosas. Son el resultado de la desmineralización del esmalte, directamente relacionada con el uso de aparatos de ortodoncia. Los especialistas observan su aparición, a veces incluso después de un periodo muy corto de uso de los aparatos (incluso después de 1 mes), y a veces pueden aparecer en una fase muy tardía o incluso después de retirar los aparatos de la superficie del diente. También cabe mencionar que esta situación se produce con mucha más frecuencia en el caso de uso de aparatos de ortodoncia fijos. Los cambios de este tipo son perceptibles en aproximadamente el 50 % de los pacientes sometidos a tratamiento, lo que supone una tasa muy elevada.

El principal método de diagnóstico para detectar manchas blancas en el esmalte y su nivel de desmineralización es la evaluación visual de la superficie tras el secado al aire. Este método es el más utilizado en odontología, aunque también existen dispositivos para medir el nivel de des mineralización del esmalte basados en la absorción de luz, la fluorescencia inducida por luz o la fluorescencia inducida por luz infrarroja.

Reabsorción radicular

Otro riesgo asociado al uso de aparatos de ortodoncia es la reabsorción radicular de los dientes desplazados. Se trata de un fenómeno muy indeseable, pero no infrecuente. Se debe a que provoca daños permanentes en los tejidos duros del diente, es decir, cambios en la morfología y fisiología de los tejidos periodontales.

Los factores que influyen de manera fundamental en la aparición de este fenómeno son mecánicos, entendidos como el impacto de las fuerzas del aparato de ortodoncia destinadas a desplazar el diente, y biológicos, que se relacionan con el progreso del propio proceso y su curso.


foto: panthermedia

También cabe destacar el factor sistémico asociado a la aparición de la reabsorción radicular, a saber, la deficiencia de calcio y la alteración electrolítica debida a su baja concentración en el suero sanguíneo. El grupo más numeroso de pacientes que se enfrentan a este problema son los niños en edad de desarrollo a los que se suministra niveles inadecuados de calcio o que producen niveles inadecuados de metabolitos de vitamina D3.

Recesión gingival

Otro tipo de complicación ortodóncica es la recesión gingival, que implica la exposición de la raíz del diente. Además, puede ir acompañada de la aparición de grietas o fisuras en las encías. Las causas de la recesión son trastornos tanto morfológicos como funcionales de los tejidos periodontales y del propio diente. Son un problema extremadamente molesto de naturaleza estética, pero también pueden coocurrir con lesiones cariosas, caries de origen no carioso, así como ser la causa de una hipersensibilidad dental persistente.

Las recesiones pueden producirse tanto durante como después de un tratamiento de ortodoncia. Según indican los especialistas, los factores de riesgo de su formación son similares a los de otras lesiones, a saber, fuerzas ortodóncicas excesivas, acumulación de restos de alimentos o multiplicación de cepas bacterianas que agravan los cambios desfavorables de los dientes y el periodonto. Además, una técnica de cepillado deficiente o la selección de cerdas de cepillo demasiado duras también pueden contribuir a la formación de dichas lesiones. [1]