Para diagnosticar los AIT (ataques isquémicos transitorios) se utilizan pruebas similares a las empleadas para diagnosticar otros síndromes isquémicos, tanto de laboratorio (hemogramas, pruebas de coagulación, niveles de colesterol, fracciones de colesterol) como de imagen (tomografía computarizada del cerebro, ECG y ecocuelloscopia).
Publicidad: