El cáncer de mama en los hombres es una enfermedad poco frecuente y sólo representa alrededor del 1% de todos los casos de la enfermedad. Podría parecer que, puesto que los hombres "no tienen" mamas, este tema no debería preocuparles. Sin embargo, los senos de todos, independientemente de su sexo, están formados por tejido que, al igual que otras partes del cuerpo, puede volverse canceroso. Merece la pena examinar más de cerca este problema.
Todo varón sano tiene una pequeña cantidad de hormonas femeninas en el organismo, pero no la suficiente como para contribuir al desarrollo de los senos. En las mujeres, durante la maduración sexual, una serie de hormonas inducen el crecimiento y el desarrollo de los senos, mientras que en los hombres este tejido permanece sin desarrollar, y si podemos observar senos más grandes en los hombres, suelen ser el resultado del sobrepeso o la obesidad.
Sin embargo, bajo la influencia de ciertos medicamentos o anomalías hormonales, este tejido "basal" también puede cambiar, incluso convertirse en un lugar para el desarrollo de un tumor canceroso - aunque no todas las anomalías asociadas a los cambios mamarios en los hombres son necesariamente cancerosas. El cáncer de mama en los hombres es bastante raro, pero de los casos recogidos pueden extraerse varias conclusiones comunes.
Factores de riesgo
Es importante conocer los factores de riesgo y la incidencia de esta enfermedad, sobre todo porque es poco probable que quede cubierta por los reconocimientos médicos estándar y rutinarios. En consecuencia, cuando se detecta este cáncer, lo más frecuente es que ya se encuentre en una fase avanzada de desarrollo. Los factores que favorecen el desarrollo de la enfermedad son:
- el envejecimiento. Este cáncer puede afectar a un paciente de cualquier edad, pero es muy raro que un hombre menor de 35 años padezca esta enfermedad; lo más frecuente es que el diagnóstico se realice en torno a los 60 o 70 años;
- niveles elevados de estrógenos, que pueden ser el resultado de una terapia hormonal. El estrógeno estimula el desarrollo de la mama, formando así el tejido en el que puede desarrollarse el cáncer;
- sobrepeso y obesidad, que provocan cambios hormonales;
- la mala alimentación (por ejemplo, comer mucha carne de animales alimentados con hormonas para un crecimiento más rápido);
- el abuso del alcohol y las enfermedades hepáticas (que entonces tienen una capacidad reducida para regular los niveles hormonales en la sangre);
- síndrome de Klinefelter (que significa aberraciones cromosómicas y alteraciones endocrinas asociadas);
- una fuerte carga genética;
- antecedentes de radioterapia, especialmente durante la pubertad y antes de los 30 años;
- antecedentes de orquidectomía (extirpación quirúrgica del testículo, unilateral o bilateral, que generalmente sirve para tratar el cáncer testicular).
foto: panthermedia
Síntomas y diagnóstico
Las estadísticas muestran que la incidencia de este cáncer está aumentando, pero sigue siendo un porcentaje muy pequeño de todos los cánceres. En una época, los médicos creían que los cánceres de mama masculinos eran más difíciles de tratar que los femeninos. Con el tiempo, esto ha cambiado y se ha observado otro problema que contribuye a las complicaciones del tratamiento: en el caso de los hombres, pasan hasta diecinueve meses desde que notan el primer síntoma hasta que acuden al médico, y este periodo es suficiente para que el cáncer se desarrolle completamente.