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Causas más frecuentes de hemorragia uterina anormal

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Causas más frecuentes de hemorragia uterina anormal

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Dolor_abdominal

Las hemorragias uterinas anormales son uno de los motivos más frecuentes de visita de las pacientes al ginecólogo. A diferentes edades, distintos factores pueden ser responsables de las hemorragias uterinas. En las pacientes más jóvenes, se trata sobre todo de trastornos hormonales o pólipos, mientras que en las mujeres mayores hay que tener necesariamente en cuenta los tumores del aparato reproductor. Hay que recordar que las hemorragias también pueden estar causadas por problemas sistémicos ajenos a la ginecología, como trastornos de la coagulación sanguínea.

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Miomas uterinos - tumores benignos del útero

Los miomas uterinos son en un 95% tumores uterinos benignos que se originan en la muscular uterina. Los clasificamos en: submucosos (crecen hacia la cavidad uterina), intramurales (se desarrollan dentro de la pared) y subserosos (crecen en la superficie externa del útero, hacia las cavidades abdominal y pélvica). Se trata de lesiones muy frecuentes, cuya presencia la paciente suele desconocer porque permanecen asintomáticas durante mucho tiempo.

Son los miomas uterinos la principal causa de hemorragias uterinas anómalas en torno a los 35-45 años, porque es también a esta edad cuando se forman con más frecuencia este tipo de lesiones, que hasta en el 90% de los casos son múltiples. Los miomas uterinos pueden alcanzar un tamaño de hasta varios centímetros. Las pacientes pueden entonces quejarse, además de menstruaciones excesivamente abundantes y prolongadas, de estreñimiento, dolor sacro, micción frecuente y dolor durante el coito.

El tratamiento de los miomas se basa en su extirpación mediante histeroscopia o laparoscopia, en función de su localización en el útero. En casos muy avanzados, si la mujer ya ha completado su maternidad, se considera la extirpación de todo el útero.

Tumores malignos del útero

El adenocarcinoma uterino es un diagnóstico que siempre hay que considerar cuando una paciente posmenopáusica se presenta al ginecólogo con un problema de hemorragia uterina anormal. Las causas de hemorragia antes mencionadas, como las proliferaciones endometriales o la presencia de pólipos, son más bien de origen hormonal. Después de la menopausia, los niveles de hormonas sexuales deberían estabilizarse en un nivel constantemente bajo, lo que significa que hay pocas posibilidades de que las hemorragias estén causadas en pacientes mayores por, por ejemplo, pólipos.

Los factores de riesgo del cáncer de endometrio son, en particular, la obesidad, la terapia hormonal prolongada con estrógenos sin equilibrar con gestágenos, la diabetes, la hipertensión, la ausencia de embarazo, la primera menstruación temprana y la menopausia tardía.

El pronóstico en el cáncer de endometrio es bastante bueno, ya que el cáncer produce rápidamente síntomas en forma de hemorragia. Por supuesto, el requisito previo para el éxito del tratamiento es que la paciente acuda al ginecólogo lo antes posible y no subestime el problema. El tratamiento de elección es la extirpación del útero.

foto: panthermedia

Diagnóstico de la hemorragia uterina anormal

El diagnóstico de las hemorragias uterinas anómalas comienza con un historial exhaustivo y una exploración ginecológica básica. El médico debe averiguar desde cuándo experimenta la paciente el problema de la hemorragia, si se trata de una hemorragia menstrual o si se produce entre periodos (aquí es necesario diferenciar si la paciente se refiere a una hemorragia perovulatoria fisiológica, asociada a un descenso de los niveles de estrógenos a mitad del ciclo). También es necesario determinar con exactitud (el número de compresas o tampones utilizados al día) lo que la paciente entiende por abundancia de sangrado. Esto se debe a que a veces ocurre que la cantidad señalada por ella como excesiva es el volumen normal y fisiológico de la sangre menstrual. Una vez realizada la anamnesis, el médico procede a la exploración ginecológica. Mientras introduce el espéculo, evalúa si hay lesiones o abrasiones en la vagina y el cuello uterino que puedan ser la causa de la hemorragia. A continuación, busca cualquier pólipo o erosión cervical.

Sin embargo, el principal método de diagnóstico de las hemorragias uterinas anómalas es la ecografía. En ella se evalúa el grosor del endometrio del útero y se buscan lesiones como pólipos o miomas uterinos. Los siguientes pasos del diagnóstico dependen de la edad de la paciente. Si el examen ecográfico no consigue visualizar una lesión específica que pueda ser la causa de la hemorragia, en las pacientes más jóvenes se realizan pruebas de laboratorio para determinar los niveles hormonales, ya que los trastornos hormonales suelen ser responsables de hemorragias uterinas anormales. En las mujeres posmenopáusicas que acuden al médico con hemorragias, debido al alto riesgo de que la causa pueda ser un cáncer, se realiza un "legrado" del canal cervical y la cavidad uterina para someter el material recogido a un examen histopatológico en busca de células cancerosas.