La tendencia a buscar nuevas sensaciones está permanentemente inscrita en nuestra psique, mientras que la moda sólo influye en su forma.

Hay cuatro componentes que caracterizan a los buscadores de novedades:

• una búsqueda constante de la aventura y el horror, y por tanto la asunción de retos arriesgados,
• la búsqueda de experiencias, es decir, el anhelo de acontecimientos imprevistos, como los viajes espontáneos, la apertura a nuevas experiencias, el encuentro con gente interesante,
• desinhibición, es decir, tendencia a comportamientos inaceptables, por ejemplo, borracheras, ludopatía,
• alta susceptibilidad al aburrimiento, aversión a la rutina.

La consideración de la experiencia del placer puede ayudar a explicar este mecanismo. Para sobrevivir necesitamos satisfacer nuestras necesidades básicas: dormir, comer, beber, evitar el peligro, reproducirnos.

Cada una de estas actividades está asociada a emociones que nos indican si una necesidad está satisfecha o no. El miedo, el hambre, el cansancio desencadenan emociones negativas que nos motivan a buscar algo para satisfacer la clave , la "carencia". Sentimos placer cuando estas necesidades están satisfechas.

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La dopamina desempeña un papel clave en la sensación de placer. Es un neurotransmisor que influye significativamente en la sensación de placer. La deficiencia de dopamina provoca sentimientos de tristeza y depresión. Estos síntomas se producen cuando no se satisfacen nuestras necesidades. En cada persona, el cerebro funciona de forma diferente. Algunos segregan grandes cantidades de dopamina, otros menos y, en consecuencia, unos actúan con espontaneidad y otros con pereza. Por lo tanto, cada uno de nosotros encuentra agradables sensaciones muy diferentes.