En la actualidad, la enfermedad de Alzheimer se basa principalmente en terapias que pretenden aliviar los síntomas asociados a la enfermedad, por ejemplo influyendo en los niveles de acetilcolina de los pacientes mediante la medicación adecuada. Esto no es lo ideal: ralentiza la progresión de la enfermedad, pero no la detiene por completo. Por ello, los investigadores siguen buscando más tratamientos para la enfermedad de Alzheimer: ¿qué nos deparará el futuro?
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