Una sonrisa bonita nos hace más bellos, aumenta la confianza en nosotros mismos y evoca emociones positivas en la persona con la que hablamos. Por desgracia, no todo el mundo está contento con su sonrisa y a veces puede convertirse en una fuente de timidez o vergüenza. Se puede conseguir una sonrisa sana mediante unos cuidados y una higiene adecuados, pero los genes son a menudo los responsables de su atractivo, que escapan a nuestro control. Uno de los problemas más comunes que los pacientes descontentos con su aspecto refieren al dentista es la llamada sonrisa gingival.
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