A principios de 2017 se conoció la noticia del primer uso de un nuevo método para el tratamiento de la insuficiencia cardiaca congestiva. La innovación consistía en que el objetivo de la moderna técnica era aumentar la salida de líquido de las estructuras del sistema linfático. El procedimiento se llevó a cabo en EE.UU. en un paciente de 61 años que tuvo que ser hospitalizado repetidamente debido a sus problemas de función cardiovascular.
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