Se ha demostrado que la ingesta profiláctica de ácidos grasos omega-3 poliinsaturados de cadena larga por parte de las mujeres embarazadas durante el tercer trimestre reduce el riesgo de asma, episodios de sibilancias e infecciones respiratorias en los niños. ¿Merece la pena enriquecer la dieta de las futuras madres con productos ricos en ácidos grasos poliinsaturados?
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