Los síntomas de las personas con enfermedad de Parkinson y las que padecen los llamados parkinsonismos atípicos pueden ser similares, pero las diferencias pueden estar relacionadas con la forma en que deben tratarse estos pacientes. La diferenciación entre estos individuos puede realizarse mediante diversas pruebas, como el análisis de la composición del líquido cefalorraquídeo, entre otras. Sin embargo, es posible que pronto se simplifique en gran medida el diagnóstico diferencial de estas afecciones neurológicas: en febrero de 2017 se informó de la posibilidad de diferenciar estas entidades mediante un análisis de sangre.