La pérdida de audición es un problema que afecta a los órganos sensoriales, la anemia ferropénica, en cambio, es un trastorno hematológico. En teoría, es difícil encontrar un denominador común entre ambas afecciones, pero parece que, de hecho, puede existir un vínculo significativo entre ellas. La relación entre la anemia y la pérdida de audición ha sido señalada por investigadores de la Facultad de Medicina de la Universidad Estatal de Pensilvania.
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