Las mujeres con trastornos psiquiátricos -así como las que no reciben atención psiquiátrica- pueden llevar una vida normal y, por ejemplo, dedicarse con éxito a actividades profesionales. También son madres: ¿vale la pena informar a otros especialistas, como los ginecólogos, sobre sus diagnósticos? Por su propio bien y el de su hijo, definitivamente sí.
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