La divagación espontánea del pensamiento tiene un efecto beneficioso en los procesos cognitivos que utilizan el aprendizaje implícito. Ésta es la conclusión a la que ha llegado un grupo de investigadores de la Universidad Eötvös Loránd de Budapest, dirigidos por el Dr. Péter Simor, que han publicado sus hallazgos en el número de mayo de la revista Journal of Neuroscience.
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